Una mirada a la versión chilena del Malbec

Reportaje “Una mirada a la versión chilena del Malbec“, revista LaCav, por Harriet Narhwold:

“(…) Felipe Diaz es el propietario de viña Loma Larga, Casablanca. Allí su Malbec entrega una de las expresiones más notables de este tipo de clima, con una acidez que aguanta bien hasta el más pesado ropaje de la madera y que resulta una buena alternativa para beberlo junto a pescados grasos.
Diaz cuenta que le costó partir con la variedad. Sabía que las parras de Malbec tiene raíces delicadas, por lo que necesitaba hallar un lugar con suelo franco arenoso (no arcillosos) y con buen drenaje, algo no muy fácil de conseguir en Casablanca. Pero lo encontró en la ladera de un cerro, y allí dispuso las plantas orientadas hacia el norte, asegurando un proceso lento y prolongado de madurez que permite alcanzar niveles fenólicos óptimos. El resultado es un vino fácil de beber, con una madera mínima que no pretende esconder la fruta y con taninos de buena estructura que revelan su procedencia más fresca.
Diaz es enfático en asegurar que si el Malbec no hubiese entregado los resultado que esperaba, ya lo habría arrancado o injertado con otra variedad. Pero este viñatero coincide con José Miguel Viu en decir que mientras la planta se sienta a gusto y bien adaptada a un determinado suelo, las circunstancias climáticas no le afectan. Las variadas características de Chile tanto de este a oeste como de norte a sur, permiten trabajar un mosaico sumamente atractivo de esta variedad, con expresiones tan diferentes entre sí como las que provienen de Colchagua, Casablanca o el Maipo.”