RADIOGRAFÍA AL CABERNET FRANC
Parte de la reseña de Revista Vitis
CASABLANCA
Desde su mismísimo nacimiento el proyecto de Loma Larga fue atrevido. Plantar casi exclusivamente tintos en un valle que fue concebido para blancos parecía un disparate. Pero sus tintos de clima frío terminaron por convencer hasta a los más escépticos y dentro de su abanico de variedades el Cabernet Franc brilla como pocos.
En total hay plantadas 12,5 hectáreas repartidas en dos cuarteles: una parte más plana, con suelos más arenosos, y otra en pendiente con exposición norte, donde el granito realmente hace de las suyas. Esta plantación del año 2001, cuando recién pre calentaba el concepto de tinto de clima frío, está ubicada a 25 kilómetros del mar. Un túnel de viento, que se cuela entre los cerros, crea excelentes condiciones para que sus uvas maduren con mucha parsimonia. A pesar de que no cuentan con un gran volumen, esta cepa está representada en seis diferentes vinos: Lomas del Valle, Loma Larga, los ensamblajes Rapsodia y Quinteto, y los recién estrenados espumante Brut Nature Limited Edition y su ícono Saga. La apuesta es fuerte. Y es raro ver la bandera del Cabernet Franc tan arriba.
Pero los distintos terroirs dentro del campo generan una gran diversidad de estilos. Según explica su gerente Felipe Díaz, la uva para el espumante proviene de la parte plana y es cosechada a mediados de marzo con 11º de alcohol probable. La uva de Saga, por otra parte, es cosechada dos meses más tarde y con 2º más de alcohol probable. Y los resultados están en la nariz: exultantes notas herbales y de violetas, pero también cassis y guindas negras. “Nace después de un trayectoria de 10 años de producción de cosechas. Es la esencia de un vino tinto de clima frío”, señala Díaz.
La nota completa se encuentra en http://vitismagazine.cl/pdf/rev_70.pdf
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